'Capitulación de Granada', por Pradilla: Boabdil frente a Fernando e Isabel. El 2 de enero de 1492, la ciudad se rindió a las tropas de los Reyes Católicos, suponiendo el final del reino nazarí. Aunque en las capitulaciones que rendían Granada a los Reyes Católicos se realizaron en unas condiciones generosas y las personas encargadas de hacerlas respetar, sobre todo el arzobispo Hernando de Talavera, intentan administrar, también con generosidad. Lo cierto es que la población musulmana fue arrinconada en los barrios de Albaycín y Antequeruela. Las continuas fricciones entre la población musulmana y las autoridades cristianas desembocaron en la sublevación de las Alpujarras. Felipe II, un austriaco ajeno a la ciudad, remató definitivamente el sueño de Isabel de convivencia pacífica entre dos mundos que, en el fondo, no eran tan distintos. En el 1500 surge el primer motín en el Albaicín y no pararon hasta que el ilustre don Juan de Austria, en el 1571, acabó con los moriscos sublevados en la Alpujarra y dio muerte a su rey, Abén Humeya o don Fernando de Válor. Tras ser sofocada, miles de moriscos, en su mayoría artesanos, fueron deportados a tierras del interior de la península, ocupando los cristianos sus tierras y apoderándose de sus bienes. Estos abandonaron el trabajo de las mismas y Granada entró en un periodo de declive económico. La explosión religiosa contrarreformista que la convertiría en un permanente espectáculo barroco durante el siglo XVII.
martes, 19 de mayo de 2009
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